De lo más profundo de Cantabria surge uno de los elementos que da carácter a esta comunidad: el agua. Ella ha permitido que algunos de los mejores spas de España se encuentren en esta región y hoy queremos que conozcas los balnearios con aguas termales en Cantabria donde el cuerpo y la mente se funden alcanzando el máximo bienestar.
Si quieres sentirte como un rey o una reina, disfrutar del glamour de la Belle Époque, rememorar tiempos de aristócratas y burgueses, te invitamos a que nos acompañes a este repaso por la historia de los mejores balnearios cántabros.
¿Cómo surgen las aguas termales en Cantabria?
Los circos glaciares del río Ebro, el río Pas y el río Miera dieron forma a sus respectivas cuencas.
La composición morfológica del territorio formada fundamentalmente por calizas permeables facilita la formación de grandes cavidades, haciendo que de sus entrañas broten miles de manantiales.
En función de la profundidad del acuífero, donde sufrirá un calentamiento, y del drenaje que realice sobre los materiales carbonatados del periodo Carbonífero, el afloramiento será considerado manantial termal o no.
Es precisamente este tipo de afloramientos con temperaturas del agua por encima de los 26 ºC los que dan origen al termalismo en Cantabria.
Un paraíso repleto de balnearios que cautivaron al mundo
En prácticamente todas las cuencas de los ríos principales de la comunidad existen o han existido instalaciones destinadas al uso y aprovechamiento de este tipo de aguas.
Desde las más humildes como pueden ser el pequeño edificio próximo al nacimiento del río Ebro en Fontibre, hasta las más suntuosas como son el Templo del Agua del Balneario de Puente Viesgo, la gran piscina del Balneario de Solares o la exclusiva sala cromática del Balneario de la Hermida.
Haciendo un poco de memoria y remontándonos a tiempos de los romanos, verdaderos precursores el uso del agua y de las estaciones termales, en los escasos vestigios inmuebles de esta época (San Juan de Maliaño del s.II y Camesa – Rebolledo del S.I), curiosamente, encontramos restos de sendas termas.
Manantial de Fuente Santa
Se tiene constancia que los vecinos de Liérganes ya utilizaban las aguas termales de su manantial de Fuente Santa allá por el año 1.670.
Balnearios de La Hermida en Peñarrubia
A mediados del siglo XVIII (en torno al año 1.750), se tenía constancia del uso habitual terapéutico de los manantiales de La Hermida en Peñarrubia.
Balneario de aguas termales Las Caldas de Besaya
Sin embargo, la estación conocida como «Las Caldas de Besaya» es la que ostenta el honor de ser considerada como la estación termal de la era moderna, más antigua, ya que su diseño original y puesta en funcionamiento data del 1.826.
Balnearios de Solares, Viesgo y Alceda
El Balneario de Solares data prácticamente de la misma época, 1.827 y el balneario de Puente Viesgo es en 1.890 cuando es ampliado y reconstruido sobre una edificación original de 1.862.
Asimismo, el Balneario de Alceda es coetáneo de todos ellos y data de 1.880.
El termalismo llega a toda la población en el siglo XVIII
Sin embargo, será en siglo XVIII, cuando los balnearios de aguas termales en Cantabria entran a formar parte del uso común de la población.
Es en esa época cuando la burguesía, tratando de emular los usos de los monarcas, afluyen a los balnearios.
De hecho, tanto la reina Isabel II como su hijo Alfonso XII fueron asiduos visitantes tanto del balneario de Alceda como el de Liérganes.
Asimismo, el rey Alfonso XIII, fijando su residencia de verano en el Palacio de la Magdalena de Santander, atrajo hacia la capital un gran flujo de aristócratas y cortesanos que, siguiendo la moda al uso, frecuentaron los balnearios existentes.
Curiosamente, el auge del uso de los balnearios en Cantabria es paralelo a la construcción de las nuevas líneas férreas, como fue la que unía Santander con Ontaneda – Alceda; y la todavía vigente Santander – Solares – Liérganes. Todo un hito para aquel momento.
La actualidad de los balnearios de aguas termales en Cantabria
Hoy en día los hábitos y costumbres han cambiado; los largos periodos de veraneo han sido sustituidos por escapadas relámpago.
El estereotipo del usuario de los balnearios nada tiene que ver con aquellas grandes familias que se desplazaban desde sus ciudades de residencia y disfrutaban largas estancias en sus destinos.
En la mayoría de los casos estaban íntimamente ligados a la prescripción de los primeros médicos hidrólogos de la época.
Hoy el concepto Salud – Bienestar se ha erigido en el eje central de la vida cotidiana.
La balneoterapia es el medio más efectivo para mejorar la salud de las personas a través del uso de las aguas termales.
En la actualidad, los balnearios de Cantabria destacan por sus altos niveles de cualificación:
- Extraordinaria ubicación con espacios de gran valor medioambiental y paisajístico.
- Modernidad y calidad de sus instalaciones.
- Cualificación de los equipos médicos y del personal de servicios generales.
- Alto nivel de la oferta gastronómica.
- Inmejorable calidad de las plazas hoteleras de alojamiento ofertadas.
Estas características convierten al termalismo de Cantabria en un auténtico referente de los Balnearios de España.
Desde el Balneario de La Hermida, hasta el Balneario de Puente Viesgo, pasando por el de Liérganes, Alceda, Corconte, o Solares, terminando por el de las Caldas de Besaya, en cualquiera de ellos mejorará tu Salud y te sentirás como como los aristócratas del siglo XVIII.
Reserva unas vacaciones de relax absoluto en los mejores balnearios de aguas termales de Cantabria.
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