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Descubriendo el Valle de Alto Campoo
Desde las cumbres de Pico Tres Mares hasta Reinosa, la capital del Valle, Campoo cuenta con una ingente cantidad de recursos paisajísticos, históricos y culturales,
que convierten a este entorno geográfico en un destino turístico de primera magnitud.
Procedentes de la vecina Vizcaya, nos adentramos en Cantabria por la carretera autonómica CA-171.
Ante nosotros, la impresionante imagen del espejo de agua en el que se refleja las cumbres Pico Tres Mares de la Sierra de Hijar, es el preludio de lo que seguro será un gran día.
Nos da la bienvenida el Balneario de Corconte todo un símbolo en la tradición de las aguas termales de esta comunidad.
En el pinar próximo, situado a las orillas del pantano, vemos a un grupo de aficionados del kitesurf realizar piruetas casi imposibles, impulsadas sus cometas por los vientos procedentes de la Sierra del Escudo que hacen de este enclave uno de los lugares más frecuentados para la práctica de este deporte.
En la próxima localidad de La Población, a muy poca distancia del área recreativa del pinar, descubrimos el pantalán-embarcadero desde donde los aficionados al remo pueden lanzar sus frágiles embarcaciones a surcar las aguas de este maravilloso pantano, que a nuestro entender debiera de ser debidamente equipado y promocionado.
Y hablando de deportes acuáticos, las aguas del pantano siempre han sido lugar de encuentro de pescadores, son frecuentes las capturas de grandes ejemplares de truchas, lo que le convierte en un destino muy deseado por parte de los aficionados a tan relajante deporte.
Ya en Reinosa nos recibe la Fuente La Aurora, humilde, pero cargada de simbolismo
Transitamos por la calle Mayor y los efluvios del obrar de la antiquísima Casa Vejo despiertan recuerdos de infancia, de cuando nuestros apéndices nasales topaban contra los cristales de tan dulce escaparate, en un acto imposible por alcanzar tan suculentos pasteles y las añoradas Pantortillas, dulce típico donde les haya.
Y tras transitar por los típicos soportales, llegamos a la plaza mayor donde destacan los Torreones de los Navamuel y Manrique, considerados los edificios más antiguos de la ciudad datados en el s.XIII.
Seguimos caminando por la misma calle y accedemos a la plaza de Diez Vicario, descubriendo a nuestra derecha la fachada de la iglesia de San Sebastián y a nuestra izquierda el puente de Carlos III.
Nadie que haya transitado por dicho puente habrá dejado de mirar el discurrir del agua tratando de descubrir algún alevín de trucha que en este tramo el rio Ebro atesora.
A ambas márgenes del río un cómodo paseo nos permite descubrir la plaza de la Corralada donde se encuentra el Oso de Okuda, artista multidisciplinar de gran aceptación popular, originario de Cantabria. Y en la otra orilla del río, también podemos contemplar el monumento de Agustín Ibarrola.
Continuamos nuestra andadura por la Avd. del Puente de Carlos III, lo que en su día fuera el Camino Real, hasta llegar al Parque de Cupido, jardín emblemático de esta población.
Pero… ¿quién de los que han transitado por esta acera, camino del mencionado parque, ha visto la bodega de “Pepe el de los vinos” y se ha resistido a descubrir que había detrás de tan pintoresco nombre?
En este punto diremos adiós al día, ya hemos escogido restaurante para cenar y hotel donde dormir, en la seguridad que uno y otro serán de nuestra total satisfacción ya que en la elección hemos contado con el asesoramiento local, qué al fin y al cabo, es el que mejor conoce los buenos lugares de su entorno próximo.
Mañana abandonaremos Reinosa por el paseo del Dr. Jimenez Díaz, que los reinosanos frecuentan con asiduidad y encaminaremos nuestros pasos hasta la próxima localidad de Nestares para seguir Descubriendo el Valle de Alto Campoo.