Como todas las tardes de sábado en los últimos días del invierno, nos juntamos en casa de Juan, el perfecto anfitrión. Cualquier motivo propuesto en el grupo de Whatsapp es siempre bien aceptado.
Pero el de hoy ha sido un motivo especial. Hace tiempo que habíamos comentado la posibilidad de organizar una escapada de fin de semana por Cantabria y teníamos que decidir destino y fecha definitiva del viaje.
De las muchas propuestas, la celebración del 10º aniversario de la declaración como Patrimonio de la Humanidad de las nueve cuevas de Cantabria, fue la que quedó finalista y ganadora.
Cantabria tiene ese no sé qué especial que destaca por encima de otros destinos cercanos. ¡Compruébalo!
Rápidamente decidimos la ruta a seguir; la carretera N-623 tiene un encanto especial y nos conduce directamente a Alceda.
De antemano, ya habíamos elegido una casa rural de alquiler completo de esta localidad de Cantabria como alojamiento y punto base para los desplazamientos programados.
Descender el puerto del Escudo y contemplar las cabañas pasiegas salpicadas por los verdes prados de las laderas del Valle del Pas es siempre un paisaje espectacular.
Una vez instalados en la casa rural en Cantabria seleccionada, que nos encantó, nos dirigimos a Puente Viesgo, teníamos hora concertada para la visita a las cuevas.
¡Qué decir de las Cuevas de Puente Viesgo! El Castillo, Las Monedas y La Pasiega son una auténtica maravilla, que aún para los profanos como nosotros, te transportan a los orígenes de nuestra civilización. Una visita que, sin duda, mereció la pena.
Tras un reconfortante desayuno-almuerzo después de habernos surtido convenientemente en una de las tiendas de la localidad, de leche fresca, sobaos, quesadas, quesucos y mantequilla recién hecha, emprendimos viaje hacía la cueva El Pendo, en las proximidades de Camargo.
Ante nosotros un auténtico espectáculo visual: 25 metros lineales de las representaciones del “Friso de las Pinturas”, que es así como se le conoce.
La proximidad a la ciudad de Santander invitaba a darse un garbeo por el Paseo Pereda y oler a sal…
La “Novia del Mar” nunca defrauda, una pena no poder prolongar más la estancia, pero la merienda-cena llamaba y había que regresar a esa casa rural en Cantabria para familias que habíamos reservado y comenzar el ritual de las brasas.
¡Como venir a Cantabria y no disfrutar de un buen chuletón a la parrilla hecho por nosotros mismos! A nuestro gusto y más económico. ¿Qué más se puede pedir?
Otra de las múltiples ventajas de alojarse en una casa rural de alquiler completo
¿Y cómo fue la vuelta? Repleta de agradables sorpresas
Despunta el domingo y toca regresar. Pero la vuelta tiene su cita, mejor ducho, sus citas, puesto que paisajes y cuevas de nuevo serán auténticos protagonistas.
Nos desplazamos hasta Vargas y desde aquí a Ramales de la Victoria. Los escasos 90 kilómetros que la separan de Alceda, bien merecen la pena, máxime con las expectativas que tenemos por delante.
Transitar por la cuenca del Asón hasta llegar a la entrada de la cueva Cullalvera nos descubre un paisaje impresionante, dejando a nuestras espaldas localidades tan emblemáticas como Limpias y Ampuero, tan unidas a la historia de Castilla y León como el resto de la comunidad, recordamos que por esta vía el emperador Carlos V transitó camino a su destino en Yuste.
La grandiosidad de la entrada de Cullalvera es difícil de describir. ¡Espectacular! No la olvidaremos tan fácilmente.
Finalmente, el inicio de las rampas de ascenso al puerto de los Tornos y el resto de su recorrido te permiten visualizar a esa Cantabria querida, a la que pronto volveremos, seguro.