Su especial situación en esta encrucijada montañosa, al abrigo de los vientos húmedos del mar, provoca un microclima más cálido y seco, diferenciado del resto de Cantabria.
Se trata de una de las localidades más populares y turísticas de la región, con una larga tradición de turismo rural basada en los atractivos de su patrimonio arquitectónico religioso, civil y popular, su entorno natural, su gastronomía y sus particulares tradiciones, destacando entre ellas el Jubileo Lebaniego del monasterio de Santo Toribio.
La historia de Potes se remonta al Medievo, concretamente a mediados del siglo IX, a la Casa del Marqués de Santillana que más tarde pasó a ser del Infantado. Medieval es la Torre del Infantado, el edificio más simbólico de la villa. Se trata de una casa-torre del siglo XV, de planta cuadrada y rematada por cuatro torres angulares terminadas en almenas, que está situada en pleno casco antiguo de la villa. Son numerosas las edificaciones en forma de torre, ya que muy próxima a la del Infantado están las de Orejón de la Lama, Calseco, Linares y Osorio.
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