Valderredible, el valle de la ribera del Ebro Cantabria

Valderredible es el valle más meridional y extenso de Cantabria, así como el municipio más grande de la comunidad, con 298 kilómetros cuadrados.

Su curioso nombre procede del altomedieval Val de Ripa Ibre, es decir, el valle de la ribera del Ebro, que es el principal protagonista geográfico de la zona.

Se trata de una amplia depresión de unos 30 kilómetros de longitud de oeste a este, recorrida por el Ebro y algunos afluentes como el Mardancho o el Panero, y perfectamente delimitada al sur por el escalón natural que da paso al Páramo de la Lora, y al este por una paramera similar, la de Bricia.

Separando ambos páramos, el Ebro ha excavado unas espectaculares hoces para continuar su largo camino hacia el Mediterráneo, siendo este el inicio de los grandiosos cañones del norte de Burgos.

El relieve de Valderredible es por lo demás bastante suave, con montes que sobrepasas los 1.200 metros y accidentan la mayor parte del municipio, mientras el amplio fondo del valle se sitúa en torno a los 700 metros, con una altitud media ligeramente inferior a la de los vecinos valles de Campoo, Valdeolea y el norte de Palencia.

Se trata de un paisaje peculiar, muy distinto al resto de Cantabria y mucho más parecido a los valles burgaleses inmediatos.

En realidad toda la comarca de Campoo-Los Valles, situada en la vertiente sur de la cordillera Cantábrica, es una clara transición hacia la Meseta, siendo Valderredible por su ubicación meridional el que más se parece a Castilla.

El municipio de Valderredible está formado por más de medio centenar de pueblos, pero en la actualidad su población total apenas sobrepasa el millar de habitantes, cuando eran más de 9.000 hace un siglo.

La crisis demográfica del medio rural español tiene en este valle uno de sus ejemplos más claros, con numerosas localidades al borde de la despoblación absoluta.

Sin embargo, la relativa cercanía al País Vasco –destino preferente de la emigración valluca- ha permitido que muchos de sus antiguos vecinos y descendientes hayan arreglado sus casas del pueblo para pasar los fines de semana y sobre todo, las vacaciones de verano, cuando el valle asiste a una auténtica resurrección, con fiestas en muchos de sus pueblos.

Por ello, aunque el valle ha quedado casi despoblado, por lo menos las casas se han conservado y los pueblos no han quedado abandonados como en otras regiones de España.

Entre las numerosas rutas fáciles que se pueden hacer por Valderredible hemos seleccionado este paseo desde Polientes hasta el pueblo de San Martin de Elines, donde se encuentra la preciosa Colegiata Románica de San Martín de Elines, el monumento más emblemático del valle junto con las curiosas iglesias rupestres.

Descripción del recorrido

Iniciaremos el paseo en Polientes, capital municipal, y más concretamente en una zona recreativa situada en la orilla del Ebro, junto al puente de la carretera de Rocamundo.

Este lugar está a un kilómetro del pueblo, llegándose a él bien por la carretera, bien por un vial que se inicia junto a un hostal. Dejaremos atrás dicha zona de esparcimiento, con sus mesas y bancos y cruzaremos el puente sobre el Ebro, dejando a continuación la carretera de Rocamundo para tomar una pista asfaltada a la izquierda.

Se trata de un camino muy cómodo y agradable que sigue la frondosa ribera del río, poblada de chopos, y no lo dejaremos en ningún momento. Ignoraremos dos pistas de tierra que se desvían a la izquierda y dejaremos la compañía del río, contemplando ahora la altiplanicie del Páramo de la Lora, que domina el valle desde el sur. Veremos las cimas de Muñata y Peña Camesía, referencias paisajísticas del valle.

Tras pasar junto a una nave de ganado descubriremos un pueblo, Arenillas de Ebro, con su pequeña iglesia gótica a la izquierda del camino, un parque infantil y una pista polideportiva.

Dejaremos atrás el pueblo por la carretera local, hasta llegar a un cruce con dos opciones: la carretera de la izquierda cruza el Ebro y conecta con la carretera general, pero nosotros seguiremos de frente, hacia Villota.

Pocos metros después, en la primera curva a la derecha, dejaremos esta carretera y entraremos a la izquierda por otra pista asfaltada, la cual nos lleva directamente a San Martín de Elines.

Seguiremos caminando por un amplio valle con un paisaje singular, a la derecha quedará el pueblo de Villota de Elines y a la izquierda, al otro lado del río, reconoceremos el pueblo de Ruerrero, que se distingue por su torre medieval levantada sobre una altura que domina la población.

Algo más tarde bajaremos suavemente hacia una zona todavía más amplia y llana del valle, con extensos campos de cereal y patata, que son las principales producciones agrícolas del valle, sin faltar algunos maizales.

En los últimos tiempos ha cobrado mayor importancia la ganadería de carne, dedicándose más terreno a praderías y pastos.

Vamos a llegar a una bifurcación de pistas: de frente se sigue al barrio oriental de San Martín de Elines. Pero a nosotros nos interesa el barrio más occidental, donde se encuentra la maravillosa Colegiata de San Martín de Elines.

Para ello iremos a la derecha, llegando en breves minutos al monumento, que es aconsejable visitar por dentro. Aunque el edificio es esencialmente románico, su origen es más antiguo, con restos mozárabes y algún añadido posterior.

Debemos destacar la torre cilíndrica, el claustro con sarcófagos medievales, la variada escultura y los restos de pintura románica, únicos en Cantabria.

Los visitantes pueden encontrar aquí dónde dormir en Campo Los Valles