Monasterio de San Vicente de Fístoles

Ermita de San Vicente Fístoles, Esles

Está situado en Esles y Lloreda, en Santa María de Cayón. Cantabria.

Levantado en el siglo XVI, Actualmente es el único testigo del que fuera monasterio de San Vicente de Fístoles en el siglo IX, uno de los focos más primitivos de actividad religiosa y colonizadora durante los comienzos del Medievo en el valle del Pisueña

Este Monasterio, de cuyo nombre se deriva el topónimo de Esles, fue fundado en el año 811 por la abadesa Gudvigia y su hermano el abad Sisnando.

En el año 817 d.c. el conde Gundesindo, representante del rey en este territorio, concedió al Monasterio todas sus posesiones.

Cuatro años más tarde, sus propiedades se verían ampliadas gracias a la donación de terrenos por parte del Obispo Quintilla.

Por este motivo, la abadía de Fístoles llegó a ser una de las más importantes de nuestra región, por su extensión, ya que incluía un amplio territorio de las comarcas del Pisueña, Pas y Miera, que alcanzaban hasta la costa.

Poco se sabe de lo que en el pasado aquí aconteció.

Se han llevado a cabo excavaciones arqueológicas dentro de la iglesia y en sus inmediaciones hallándose una necrópolis así como varias piezas de cerámica pertenecientes a la Alta Edad Media.

Además, se dice que aquí quiso ser sepultado el mismo Conde Gundesindo.

Según Ramón Bohigas, es “uno de los focos más primitivos de actividad religiosa y colonizadora durante los comienzos del medievo en el Valle del Pisueña”.

La ermita actual es de principios del siglo XVI. Consta de una sola nave y presenta un ábside rectángular. En su exterior destaca una esbelta espadaña.

En su conjunto, presenta rasgos arquitectónicos populares, como lo muestra su sencilla construcción y escasa decoración.

En el interior destaca un preciado retablo barroco de estilo clasicista, del siglo XVII, que está compuesto por una predela de entablamento liso, un cuerpo de tres calles divididas entre sí por columnas de fuste estriado y capitel dórico y un ático presidido por la imagen de Cristo crucificado.

Hasta aquí se acercan cada primero de septiembre numerosos romeros procedentes de todo el Real Valle de Cayón, ataviados con trajes montañeses, para sacar en procesión la imagen de San Vicente Mártir y vivir una fiesta cargada de tradición y folklore.

Los visitantes de este monumento pueden encontrar aquí dónde dormir en Esles de Cayón

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