Territorio Rural Inteligente

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El turismo queda englobado dentro del concepto “inteligente”

Entrevista El Diario Montañés, 8 de agosto de 2021

–Hablemos de Territorios Rurales Inteligentes, ¿cómo los definiría?

–Cualquier área geográfica a la que se aplique un conjunto de medidas de innovación tecnológica y social, que generen un cambio estructural en el modelo de desarrollo de dicha área. Un entorno que, a la vez que permite a sus habitantes la incorporación al nuevo ciclo económico digital, sea capaz de impulsar la transición ecológica que mitigue, e incluso revierta, los desequilibrios demográficos y la despoblación.

–En esta línea, ¿podemos poner sobre la mesa el concepto de turismo inteligente?

–La actividad turística es parte del sector terciario de cualquier área geográfica y susceptible de verse influenciada por cualquier cambio, ya sea estructural o no, tanto en la oferta como en la demanda. Es, sin duda, dentro del sector servicios el más dinámico en cuanto al uso de tecnologías digitales. Por lo tanto, sin ningún genero de duda, el turismo queda englobado dentro del concepto inteligente.

–Tradicionalmente, el turismo rural ha estado ligado a la naturaleza, la desconexión, la tranquilidad… Si los TRI buscan introducir de lleno la innovación y la digitalización en estos entornos, ¿es necesario darle un cambio de enfoque a este turismo rural y a la concepción que se tiene de él para que encaje en el desarrollo de estos territorios inteligentes?

–No, en absoluto. Precisamente los Territorios Rurales Inteligentes lo que deben hacer es valerse de las herramientas de innovación digital para facilitar al turista toda la información de su territorio como destino turístico.

–En su opinión, ¿qué estrategias se deben plantear para orientar este turismo hacia un pensamiento sostenible económica y socialmente?

–Cualquier acción o medida que tienda a revalorizar el concepto ‘verde–ecología’, va a ser bien recibido por parte de los usuarios en general. Y si, además, va unido a una llamada de corresponsabilidad desde el optimismo, pienso que el mensaje será perfectamente entendido y asumido por los usuarios, en este caso los turistas.

–¿Está el entorno rural preparado para este nuevo modelo?

–En gran medida la implantación del modelo digital depende del acceso y conexión a las redes de distribución, cuanto más precaria o inexistente sea esta conexión, más difícil es y será la capacitación para el uso de la tecnología digital.

–Y las empresas, ¿están ellas concienciadas sobre ese cambio de rumbo?

–A veces, da la impresión de que los empresarios no son plenamente conscientes de la necesidad de adaptación, otra cosa es la voluntad de ponerlas en funcionamiento, aquí sí que triunfa el pesimismo. Resulta curioso que habiendo sido los grandes beneficiados de la implantación de la digitalización, ahora sean los más reacios a dar el salto definitivo, máxime cuando les va en ello la supervivencia.

–El tercer eje es el turista, ¿reclama este nuevo modelo innovador y sostenible?

–El usuario es, sin duda, quien marca la tendencia del mercado. Influenciado o no por los medios de comunicación y las redes sociales, es quien decide qué compra, cómo lo compra, dónde lo compra, a qué hora y un largo etc. No estar presente en alguno de los lugares de esa toma de decisiones es simplemente no estar. Luego, no es que reclame el nuevo modelo, es quien lo impone.

–¿Qué papel tiene él en este camino hacia un desarrollo rural inteligente?

–De alguna manera, esto es lo que comentábamos antes. Y es que el turista es y será quien marque las tendencias, los usos y las costumbres del producto que desea consumir.

–Si unimos todos estos conceptos (turismo, digitalización e innovación), ¿qué tiene Cantabria para convertirse en el lugar idóneo en el que poder desarrollar un proyecto como Territorio Rural Inteligente?

–Cantabria cuenta con un número de alojamientos rurales que la convierten en una de las regiones de España con mayor proporción de alojamientos por unidad de superficie. Si se implanta un sistema de promoción y comercialización unificado, sería un paso de gigante.

–El pasado verano pudimos comprobar que el covid trajo un boom del turismo rural, ¿piensa que se va a mantener esta tendencia al alza?

–Es de todos sabido que el turismo es una de las actividades económicas más sensible a las crisis coyunturales. Los que llevamos unos años en esta actividad aún recordamos cómo fue el año 2001 y posteriores, cuando prácticamente se cancelaron todos los viajes internacionales y nuestros alojamientos se vieron favorecidos por dicha situación. Con la misma fe y confianza en que la pandemia actual al fin sea controlada y vencida, también confiamos y creemos que el futuro será favorable para este sector que tanto se lo merece. Todos los indicadores marcan que la tendencia sobre la demanda de turismo rural no solo se mantendrá, sino que seguirá al alza.

–¿Continuar con este crecimiento puede llevar a una sobreexplotación que haga perder la esencia de estos entornos?

–Sin duda. Hay ya determinados destinos o zona muy concretas que están dando las primeras señales de sobreexplotación, ecosistemas muy delicados como los parques naturales marítimos y algún área concreta de Picos de Europa. Estas zonas deberían estar, bajo una vigilancia muy exhaustiva que evite una degradación irreversible.

Javier San José cuenta con una trayectoria profesional que lo une estrechamente al sector del turismo, concretamente al turismo rural. Diplomado en Gerencia y Dirección Hotelera por la Universidad Complutense de Madrid, en la actualidad es gerente de la Joint Venture eviivo – Cantabriarural, un proyecto conjunto que ofrece la posibilidad de establecer reservas online en los establecimientos hoteleros que la plataforma pone a disposición de sus visitantes, contribuyendo, además, a la digitalización de estos alojamientos rurales de la región. Asimismo, San José es gerente y propietario de la casa rural ‘Los Acebos de Peña Cabarga’ en Medio Cudeyo y miembro de la Junta Permanente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria.